
Ana Cristina César: en búsqueda de la palabra recién nacida
Traducción libre por Luisina Milone*
Estou atrás
do despojamento mais inteiro
da simplicidade mais erma
da palavra mais recém-nascida
do inteiro mais despojado
do ermo mais simples
do nascimento a mais da palavra
en, Antigos e soltos (2008)
Estoy detrás
del despojamiento más entero
de la simpleza más salvaje
de la palabra más recientemente nacida
de la totalidad más despojada
del desierto más simple
del nacimiento de más de la palabra
en, Antiguos y sueltos (2008)*
En este quinto número de Metafórica Revista quiero presentarles a una de las más grandes poetas de la literatura brasileña, que supo vivir intensamente y dejar una huella imborrable en la historia y la cultura de su país. Una niña que con apenas cuatro años le dictaba poemas a su madre, y que a los siete ya publicaba sus propios versos en el diario Tribuna da Imprensa de Río de Janeiro. Una intelectual, hija de padre sociólogo y madre profesora de literatura, que se graduó en Letras en la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro; estudió la Maestría en Comunicación en la Universidad Federal de Río de Janeiro e hizo la Maestría en Teoría y Práctica de traducción literaria en la Universidad Essex, Inglaterra. Poeta, profesora, traductora y viajera: recorrió Brasil, Uruguay, Paraguay, Argentina, Chile y Estados Unidos. Estuvo de intercambio en Londres por un año en la Richmond School for Girls gracias a una beca de estudios, lo que resultó una experiencia fundamental en su vida porque allí conocería a Emily Dickinson, Sylvia Plath y Katherine Mansfield, cuyos poemas la cautivaron desde el primer instante y que luego traduciría del inglés al portugués.
Ana Cristina Cesar nació el 2 de junio de 1952 en Río de Janeiro, Brasil, y vivió apasionadamente una vida breve que ella misma decidió acabar a sus treinta y un años arrojándose desde el balcón del departamento de sus padres, ubicado en el barrio Copacabana. Como poeta de su época, se inscribió dentro de la generación del mimeógrafo o poesía marginal, movimiento contracultural nacido en los años 70 en Brasil que buscó nuevas formas de circulación de las artes, en medio de la censura dictatorial. La producción poética “fuera del sistema” fue difundida por los propios escritores a través de copias breves, en folletos mimeografiados (de allí el nombre) que eran vendidos a bajo costo en bares, plazas, teatros, cines y universidades. Al igual que muchos de sus colegas, Ana C. editó y difundió sus primeros libros de poemas de manera independiente y periférica: Cenas de abril -escenas de abril-(poesía/1979), Correspondência completa (prosa /1979) y Luvas de pelica -guantes de gamuza- (poesía/1980). Ya el libro A teus pés – A tus pies- (poesía y prosa/1982) fue publicado bajo la Editora Brasiliense de São Paulo. El poeta Armando Freitas Filho era su mejor amigo, y fue a quien le dejó la responsabilidad de cuidar sus publicaciones póstumas, que incluyen poemas inéditos, fragmentos, correspondencias y textos en prosa. Gran parte de este material aparece en el libro Inéditos e dispersos, Editora Brasiliense, (1985). La estética marginal fue una propuesta rebelde que se definió esencialmente por manifestarse en contra de cualquier modelo literario, de los mandatos y las estructuras institucionales. En un fuerte gesto de rechazo a la intelectualidad, valorizaron las experiencias vitales y subjetivas, así como el uso del lenguaje común y corriente en la poesía. La obra de Ana C. está íntimamente relacionada con este movimiento: es breve, vital, fugaz y transgresora. Su poética denota una búsqueda por captar lo cotidiano a través de la palabra más simple, “recientemente nacida”. El poema llamado “33va poética” denuncia: Estoy harta de la materialidad rebuscada /del signo/ del metalenguaje narcisista de los poetas. En sus versos hace uso de una lengua coloquial, espontánea y de tono intimista, que da la apariencia de una escritura intuitiva y despreocupada, pero que en verdad está muy alejada de eso. Ese juego con lo cotidiano revela una completa conciencia de que la poesía es, esencialmente, un trabajo artesanal del lenguaje.
Traducciones libres por Luisina Milone
Noite de Natal. Cenas de abril (1979) Estou bonita que é um desperdício. Não sinto nada Não sinto nada, mamãe Esqueci Menti de dia Antigamente eu sabia escrever Hoje beijo os pacientes na entrada e na saída com desvelo técnico. Freud e eu brigamos muito. Irene no céu desmente: deixou de trepar aos 45 anos Entretanto sou moça estreando um bico fino que anda feio, pisa mais que deve, me leva indesejável pra perto das botas pretas pudera Pour mémoire, A Teus Pés (1982) Não me toques nesta lembrança. Não perguntes a respeito que viro mãe-leoa ou pedra-lage lívida ereta na grama muito bem-feita. Estas são as faces da minha fúria. Sob a janela molhada passam guarda-chuvas na horizontal, como em Cherbourg, mas não era este o nome. Saudade em pedaços, estação de vidro. Água. As cartas não mentem jamais: virá ver-te outra vez um homem de outro continente. Não me toques, foi minha cortante resposta sem palavras que se digam dentro do ouvido num murmúrio. E mais não quer saber a outra, que sou eu, do espelho em frente. Ela instrui: deixa a saudade em repouso (em estação de águas) tomando conta desse objeto claro e sem nome Ciúmes, Inéditos e dispersos (1985) Tenho ciúmes deste cigarro que você fuma Tão distraidamente. abril/68 Postal, Inéditos e dispersos (1985) Por que será que te esqueço é silenciosamente, num esforço redobrado que só depois percebo? Entre cáustica e apaixonada, ouvindo com muxoxo o teu conselho, personagem de mim, ao sol. Memoralista nata: a gente desistia da arte e ia pro zoo domingo tarde de verão; mais tarde eu me trancava e respondia certas cartas; você lia Sunday Times das Ramblas, sem dizer palavra, pensando só na ilha, de um hotel… Por enquanto, Antigo e soltos (2008) Quando então sentada na cama de casal lembro que nela te perdes de beijos estou sem ar no ar mexo as mãos olhos força nos ombros no nariz; a garganta solapa; via estreita, nossa conversa amena; nossa amizade; até o previsto e casto adeus; o tempo se poupa; nos economiza; e teu ouvido mouco; e o troco; e enquanto isso, fora, o real constrói o poema, imbatível. 33a poética, Antigos e soltos (2008) estou farto da materialidade embrulhada do signo da metalinguagem narcísica dos poetas do texto de espelho em punho revirando os óculos modernos estou farta dessa falta enxuta dessa ausência de objetos rotundos e contundentes do conluio entre cifras e cifrantes da feminil hora quieta da palavra da lista (política raquítica sifilítica) de supersignos cabais: “duro ofício”, “espaço em branco”, “vocábulo delirante”, “traço infinito” quero antes a página atravancada de abajures o zoológico inteiro caindo pelas tabelas a sedução os maxilares o plágio atroz ratas devorando ninhadas úmidas multidões mostrando as dentinas multidões desejantes diluvianas bandos ilícitos fartos excessivos pesados e bastardos a pecar e por cima os cortinados do pudor vedando tudo com goma de mascar. out. 75
Noche de Navidad. Escenas de Abril (1979) Estoy tan linda que es un desperdicio. No siento nada No siento nada, mamá Olvidé Mentí de día Antiguamente yo sabía escribir Hoy beso a los pacientes en la entrada y en la salida con desvelo técnico. Freud y yo peleamos mucho. Irene en el cielo desmiente: dejó de coger a los 45 años sin embargo yo soy joven estrenando unos zapatos stilettos que caminan feo, pisan más de lo que deben, me llevan indeseable cerca de las botas negras no me extraña Para que conste, A tus pies (1982) No me traigas este recuerdo. No preguntes al respecto que me vuelvo madre-leona o losa de piedra furiosa erguida sobre la hierba bien cuidada. Estas son las etapas de mi furia. Sobre la ventana mojada pasan paraguas en horizontal como en Cherburgo pero ese no era el nombre. Melancolía en pedazos, Estación de vidrio. Agua. Las cartas no mienten jamás: vendrá a verte otra vez un hombre de otro continente. No me toques, fue mi respuesta cortante sin palabras que se digan al oído en un murmullo. además, no quiero saber de la otra, que soy yo, la del espejo enfrente. Ella me ordena: deja la melancolía en reposo (en temporada de lluvias) y cuida ese objeto claro y sin nombre. Celos, Inéditos y dispersos (1985) Estoy celosa de ese cigarrillo que fumas tan distraídamente. abril/68 Postal, Inéditos y dispersos (1985) ¿Por qué será que te olvido en silencio, en un doble esfuerzo que solo después percibo? Entre cáustica y enamorada, oyendo con un gesto de desdén tu consejo, personaje de mí, al sol. Escritora nata de memorias: desistíamos del arte y nos íbamos al zoo domingo tarde de verano; más tarde me encerraba y respondía determinadas cartas; tú leías el Sunday Times de las Ramblas, sin decir una palabra, pensando solo en la isla, de un hotel… Por ahora, Antiguos y sueltos (2008) Cuando entonces sentada en la cama matrimonial recuerdo que en ella te pierdes de besos estoy sin aire en el aire muevo las manos ojos fuerza en los hombros en la nariz; la garganta socava; vía estrecha, nuestra charla amena, nuestra amistad: hasta lo previsto y casto, adiós; el tiempo se ahorra: nos ahorra; y tu oído sordo; y el vuelto; y mientras tanto, fuera, la realidad construye el poema, imbatible. 33a poética, Antiguos y sueltos (2008) estoy harta de la materialidad rebuscada del signo del metalenguaje narcisista de los poetas del texto de espejo en puño revoleando los ojos modernos estoy harta de esa falta vacía de esa ausencia de objetos rotundos y contundentes del complot entre cifras y descifrantes de la femenina hora quieta de la palabra de la lista (política raquítica sifilítica) de supersignos cabales: “duro oficio”, “espacio en blanco”, “vocablo delirante”, “trazo infinito” quiero antes la página obstruida de lámparas el zoológico entero cayendo por las tablas la seducción la mandíbula el plagio atroz ratas devorando crías húmedas multitudes mostrando el esmalte de los dientes multitudes deseantes diluvianas manadas ilícitas hartas excesivas pesadas y bastardas a pecar y por encima las cortinas de pudor sellando todo con goma de mascar. out. 75