
EL HILO TENAZ DE LA HISTORIA
Por Soledad Gómez Novaro
Qué poco sabemos del s. XIX. Cuántos secretos guardamos del s. XIX. Nunca
hemos dicho con claridad por qué arrinconamos a nuestros indígenas. Ése es casi
un secreto de estado. (…) Nuestras historias más cercanas las hemos mantenido a
un nivel de ocultamiento, de encubrimiento… Hay como un contrasentido de que
no queremos acercarnos a esa prehistoria cercana, como que sería casi una
prehistoria acusatoria…
Guzmán, P. Nostalgias de la luz, entrevista al arqueólogo Lautaro Núñez.
Zorro Cazador de Pumas trata la vida del cacique conocido con el nombre de Mariano Rosas desde que es tomado prisionero hasta el momento en que su cráneo es restituido a su tumba. A medida que avanzamos en la lectura va haciéndose visible lo que, en términos de J. L. Borges, podríamos llamar “una secreta forma del tiempo, un dibujo de líneas que se repiten”. Esta estructura cíclica del texto no es una forma azarosa, sino que constituye el corazón del poema, la parte sustancial del devenir de un hombre y su pueblo. Devenir que se replica en otras regiones y en otras etapas de la historia de nuestro país y nuestra América.
A través del lenguaje austero y conciso del libro, los ciclos de violencia se van entramando en una sucesión permanente de ataque – saqueo – cautiverio – retorno, que se reinicia en dos etapas diferentes de la vida de Zorro Cazador de Pumas. En cada reiteración subyace una constante de violencia que se manifiesta en un destino inexorable de exterminio.
El poema desarrolla dicotomías tales como toldería / estancia, cacique / coronel, tumba / museo que ponen de relieve el conflicto fundamental entre el ranquel y el huinca, donde se deja en claro el objeto en disputa, la tierra, que toma diversos sentidos. Así, el huinca la codicia como botín de guerra y fuente de riqueza, mientras que para el ranquel es vida, espacio de pertenencia, nexo con el pueblo y la memoria ancestral.
En cuanto al carácter cíclico, el poema presenta un juego de espejos, por lo que encontramos tópicos que se reiterarán en la vida del Zorro Cazador de Pumas. Los ejemplos abundan. Uno de ellos es el del regalo, que manifiesta la deshumanización, instancia primordial del genocidio. Así lo vemos en el instante en que Santiago Llanquelén decide que el hijo de Painé “será un regalo / para el restaurador”. Dicho tópico se retoma después de la profanación de la tumba del cacique, cuando la voz poética dice: “Los huincas / regalan tu muerte / del coronel al abogado / del abogado al museo”.
A su vez, en una serie de contrastes que manifiestan la tensión ranquel – huinca presente en todo el poema, se repite la presencia del cautivo en el espacio del enemigo. De esta manera, cuando el hijo de Painé entra a la casa de Rosas, leemos que “el gurí (…) clava su sombra / en el damero limpio / de una habitación / llena de luz…”. Y la réplica vendrá más adelante, en el segundo cautiverio, con la mención recurrente del “cráneo del lonko / en la penumbra de un museo”.
Otro elemento que se destaca es la usurpación de la identidad, cuando Rosas decide que su prisionero “será cristiano” y que él, como padrino, “elegirá su nombre”. Dicho conflicto por la identidad resuena durante el “segundo cautiverio”, en el instante en que la voz nos dice “sellan la marca del cautivo / 292…” en el cráneo del cacique.
Por último, se duplica el anhelo de la tierra de origen, a través del tópico de la sed en la secuencia en que el hijo de Painé huye de la estancia: “existe Leuvucó / y de tanta sed / encontrará a su pueblo”, o bien, “aguas de Leuvucó / no hay laguna que sacie / la demasiada sed de un hijo”. Esta sed tendrá su eco en el momento en que el cráneo del cacique sea devuelto a sus familiares y regrese a su tierra: “No hay sosiego en la muerte / si el hueso tiene sed de arena”, “La luna / hace / brillar tu cráneo / ya regresás / cacique”.
Decíamos anteriormente que la estructura cíclica constituye el corazón del texto, dado que Zorro Cazador de Pumas saca a la luz conflictos silenciados que se reiteran en nuestra historia. Es tan así, que el poema va más allá de los sucesos de la vida del cacique. La codicia de la tierra y el exterminio en la guerra de botín son constantes que se extienden desde la llegada del europeo a América hasta nuestros días. Y son estas constantes las que quiso desnudar Gerardo Curiá. Basta ver el objeto en disputa, la tierra, que sigue siendo causa de conflicto. Basta ver las dedicatorias del poema, a Santiago Maldonado, a Rafael Nahuel, a los pueblos originarios de América.
Lo que define a un artista no es solamente su trabajo en la materia, su mero hacer. Resulta esencial su mirada, sin la cual, el hacer sería solamente oficio carente de espíritu. Curiá deja en claro su visión de los hechos, toma posición cuando escribe “por la restitución a los pueblos originarios de los cuerpos y materiales profanados en nombre de la ciencia y el progreso, por 500 años de genocidio que no cesan. Como poeta, elige intervenir en el juego de tensiones que se puede plantear en términos de olvido – memoria, silencio – voz, y toma posición. Elige y escribe un poema que es fundamental, dado que denuncia un genocidio y la impunidad que lo silencia, pero al mismo tiempo, transciende la historia de Zorro Cazador de Pumas y el exterminio de los ranqueles. El texto halla su eco también en otros sucesos más recientes como el genocidio que tuvo lugar bajo la dictadura del 76, con las apropiaciones y usurpaciones de identidad, con las desapariciones forzadas y los reclamos de los cuerpos. Las semejanzas entre los cíclicos exterminios son nítidas y la resistencia se manifiesta siempre en la memoria. Es por esta misma similitud entre las distintas masacres, que podemos atribuir al libro de Curiá, la reflexión que Ángela Urondo Raboy hace sobre La patria fusilada de Paco Urondo: “La memoria aquí reconstituida (…) es un legado para las futuras generaciones. La lucha por la verdad y la justicia mediante la palabra como herramienta y el uso del lenguaje como territorio para la disputa de los sentidos, forma parte de nuestro acervo, constituye nuestro patrimonio histórico y cultural.”
Zorro Cazador de Pumas es memoria y resistencia. Dice Susana Rotker en su libro Cautivas. Olvidos y memoria en Argentina: “Qué y cómo se recuerda habla mucho de lo que somos. Memoria, olvido, represión, desplazamiento (son) los eslabones de la cadena de quién soy o creo ser, de quiénes somos o creemos ser. La memoria es nuestro marco de referencia, es la médula de nuestra identidad. Así, el acto de escribir este poema, el acto leerlo es optar por la memoria y habla de nosotros.
SELECCIÓN DE POEMAS
No existe frontera en la avaricia
ni la fertilidad de la opulencia
ni el sosiego de los humillados
el deseo del rapaz
alumbra su imperio
sobre el cuerpo del otro
Pampa umbría
I
El hijo del cacique
dirige su primer malón
no hay huellas
siempre horizonte
joven luna ranquel
llena de noche
Zorro Cazador de Pumas
Mariano Rosas
es quien se ausenta
pastizal y cielo
que duele cruzar
la derrota.
II
No
no lo alcanzan
ni jinete
ni caballo
el ranquel
se hace viento
travesía
hacia el oeste
el sur
abandona su rastro
una sola certeza
existe Leuvucó
y de tanta sed
encontrará a su pueblo
El alba de un terror
Alza la paz
su diezmo de violencia
equilibrio
entre flagelo y parlamento
esa inercia de siglos
entre ejército y malón
hostilidad y comercio
tiempos
de ganado
y cautivos
fortín
y tolderías
negocios secretos
entre el Puelmapu
y los cristianos
pero ya no
Mariano Rosas respira
el alba de un terror
revólver y remington
qué puede
la bravura de un lancero
el vértigo de su caballo
la caída se alza
sobre los hombros
del cacique
lo sabe
el mañana será
una luz siniestra.
La ley de la tragedia
I
Mariano Rosas
en la cuenca vacía de tus ojos
ya ni arena
para lágrimas.
II
Zorro Cazador de Pumas
sobre tus hijos
la ley de la tragedia
Valcheta
Martín García
Chichinales
Rincón del Medio
Malargüe
campos de concentración
territorios del daño
congoja y hambre
cuerpos para la muerte
y a los que sobreviven
la esclavitud
cañaverales de Tucumán
viñedos de Mendoza
estancias de la Pampa conquistada
yerbatales
obrajes
ellos
serán
fibra
solo fuerza
en la servidumbre más bruta
lo que les dure la vida
III
Calavera de Mariano Rosas
duele
la profecía que se cumple
La marca del cautivo
I
El doctor Estanislao Zeballos piensa:
hay que quitarles la muerte a los derrotados
profanarles las tumbas
coleccionar los huesos de sus lonkos
Ellos
serán lo arcaico.
II
Talismán del saqueo
en la velada de los vencedores
Mariano Rosas
ultrajan tu silencio blanco
hasta saciarse
no hay sosiego
para tu calavera
III
Los huincas
regalan tu muerte
del coronel al abogado
del abogado
al museo
292
en el hueso de tu cráneo
sellan
la marca del cautivo
292
la vertiente de un daño
inmóvil
a qué mirada
en qué lugar
te exponen
292
y dicen
una simple muestra
de lo que ya no
y vos
que ni siquiera cuerpo
aún
impredecible
Hilo tenaz de la historia
Zorro Cazador de Pumas
Mariano Rosas
cumpliste tu albur
de cacique y cautivo
ahora
tu calavera
se hace Pampa
ya sos
antupainco
de los ranqueles
lejanías de viento
te acunan
te hacen música
loncomeo de los que no ceden
Atacamas Chanes Charrúas Chorotes Chulupies Comechingones Diaguitas Guaraníes Gauycurúes Huarpes Logys Kollas Lules Mapuches Mocovíes Ochoyas Omaguacas Pilagás Ranqueles Vilelas Sanavirones selk’nam Tapietes Mbye Guaraníes Tastiles Tehuelches Tillanes Quoms Tonokotes Lules Vilelas Wichís
el desmonte cruza de llanura en llanura
y hace un tajo de hambre
en el cuerpo inocente
de norte a sur
tierras de siempre
y aún
no
cacique
vos
que ya ni hueso
sos la pregunta
y su respuesta
tu cuerpo arena es un kultrún
y las manos del viento
tiemblan
en una danza de siempre
tu nombre
Zorro Cazador de Pumas
Mariano Rosas
no cesa
hilo tenaz de la historia
antupainco
.

Gerardo David Curiá nació en San Pedro en 1968. Publicó los siguientes libros de poesía: Sol,
iris, sueño (poesía, 1990); Quebrado Azul (2004); Serie los suicidas (2005); Caldén (2014);
Música del Límite, obra distinguida en el Concurso Nacional Macedonio Fernández (2010); El
damero de los sueños (2015) y Pescador (2016). En narrativa, publicó Crónicas de San Acustio
(2002). Recibió numerosas distinciones por su actividad literaria. Ha integrado antologías en su
país y en el exterior, entre ellas la Antología Federal de Poesía de Provincia de Buenos Aires
realizada por el Centro Federal de Inversiones. Participó en varios festivales internacionales de
poesía. Formó parte del taller literario El Tren de la Palabra. Condujo los ciclos literarios: Las
Vacas Sagradas, Maldita Ginebra, Contingente de Poesía y Canciones y Número Vivo, con el
colectivo de literatura escénica Las Puntas del Clavo. Colaboró con el ciclo Interiores poetas del
País, conducido por Inés Manzano. Codirigió con Lidia Rocha, Jorge López, Sabina Giacometti y
Federico López el Festival de poesía en San Pedro (Buenos Aires). Conduce el programa de
radio Moebius, dedicado a la literatura y el arte.