
Exaltación de la palabra
Por Indira y Patricia Cuscuela
Soy lo que soy
Soy lo que soy
bantú de los trópicos
afrikáner de Cape Town
bereber de las dunas del Sahara
nubio de los valles del Nilo.
Soy lo que soy
negro, tostado por el sol
boer, blanqueado por la nieve
árabe, esclavo del turbante.
Soy lo que soy
cristiano de la cruz
musulmán de la media luna
buduísta del veve.
Soy lo que soy
un africano como tú
no me cierres tu puerta, hermano
no me cierres tu corazón, hermana.
Así se presenta Alain Lawo-Sukam, poeta africano, residente en EEUU, de habla inglesa y francesa, que escribe poemas en español, lo cual resulta inesperado, llamativo, ¿exótico? Lawo-Sukam es una figura literalmente osada, que visibiliza la cultura africana de una manera desafiante. La estética de su poesía es tan variada como las cosmovisiones de las etnias del continente africano. Los cantos nativos, tradiciones orales, impregnan la vida entramada en la naturaleza y musicalizan cada poema, estimulando con ecos originales los oídos del lector que se acerca a su voz por primera vez.
Las obras del escritor figuran entre las más singulares en el idioma español después de haber realizado un recorrido lingüístico muy particular.
Nació el 17 de noviembre de 1973, en Bangwa, un pequeño grupo étnico de la gran extensión de los pastizales de Camerún, África. Allí obtuvo su maestría en Estudios Hispanos en la Universidad de Yaundé I, antes de viajar a EEUU, donde recibiría el doctorado en Español en la Universidad de Illinois.
Al iniciar el recorrido de su poemario “Sueño con África” (Dream of Africa / Reve d´Afrique) nos encontramos con la explícita función que le otorga a la literatura a través de la poesía, como una vitrina de realidades sociales, políticas, económicas y culturales de su pueblo pero sin forzar el estilo a través de una lengua ajena a su origen.
Sueño con África
Sueño con un continente
que renace de sus cenizas
despunta en el horizonte de la noche
divino fuego de aurora.
Sueño con una comunidad
que reverdece el desierto
doma la selva
se nutre de cuscús y fufú.
Sueño con un pueblo
encantador y cariñoso
orgulloso de su cultura
la paz en el corazón.
Sueño con una familia
que madura con sabiduría
actúa con inteligencia
vive con fe.
Sueño con África
mi corazón palpita
sol de flores
en la noche negra.
Su voz en español nos llega “pura”, sin los problemas que pueden derivar de un cambio de idioma o por la traducción. El poeta manifiesta que es el español desde donde surge su inspiración, no sabe exactamente cuál es la razón pero la vincula al hecho de haber leído sobre todo poesía, en nuestro idioma y al cariño que siente por él. Los primeros escritores de habla hispana que lo fascinaron fueron Antonio Machado y Nicolás Guillén, en cuyas obras encontró plasmado nítidamente un amplio respeto y amor por sus pueblos.
No obstante lo dicho, su lengua original aflora con asiduidad en los versos, lo que nos lleva a preguntarnos ¿por qué? En teoría, podemos suponer que el poeta considera que las expresiones en camerunés, en algún punto son más adecuadas al ritmo del poema, aunque también puede ser que necesita introducirlas, en tanto esos vocablos representan una suerte de cordón umbilical con su tierra. Esta última razón creemos que prevalece teniendo en cuenta que no se limita a una simple llamada explicativa, sino que el significado de las palabras introducidas en su idioma de origen aparece en un detallado glosario al final del libro, lo que deja vislumbrar un deseo de compartir, de mostrar, de dar a conocer.
Otra peculiaridad del libro es que las notas, comentarios y poemas están con traducción al inglés y al francés. Este plurilenguaje, combinado al poemario autorreferencial, aparece entonces como una invitación a todos los pueblos a ser testigos de su historia, de su destierro, de su deseo de regreso.
Los poemas están dispuestos en tres apartados: Ritmo de mi tierra; Noche de silencio y Grito del alma. En ellos habla de su patria como una mujer; con la amorosidad a flor de piel nos dice que la lleva consigo, la añora; por momentos con culpa por el abandono pero siempre con dolor, por la postergación de su continente.
Lo más exótico de este libro es justamente la palabra. La palabra por la palabra misma y a la vez por su significado, que se nos manifiesta a medida que avanzamos en la lectura abriendo todos nuestros sentidos. La palabra enunciando un pensamiento, una idea, el extrañamiento, el exilio. A la vez está la búsqueda del autor para dar a conocer las voces de los poetas afroamericanos.
La palabra en camerunés es un elemento fundamental del diálogo de las lenguas, en el que un texto expresado en varios idiomas también puede considerarse como una repetición pertinaz, como si a fuerza de repetirse la denuncia o el deseo se estuviera más cerca de la concreción y más lejos del olvido. La palabra plurilingüe cuenta la historia de un hombre que para cambiar su destino abandona su tierra, se expresa a través de ese acto, dice lo que durante muchos años llevaba guardado dentro:
“Soy el colibrí que canta el nuevo amanecer en el corazón de mi terruño.”
Exiliado
Llámame como quieras:
exiliado político, refugiado de guerra, desplazado económico.
Abandoné mi choza, náufrago de una tierra que los
piratas hundieron en el océano de la miseria a balazos
y corrupción. En playas hospitalarias, lejos de las viciosas
pirañas, sueño con mi pueblo.
No se borró su lengua en mi paladar, ni se secó su
cultura en mi alma.
La madre tierra busca a sus crías. Silba a los mares
monólogos de soledad.
Honro a los orichas. Vuelvo al redil cuando soplan
vientos de amor y libertad.
Silencio de los piratas.
Lawo-Sukam crea un puente para acercarnos a sus lenguajes, para que veamos cómo se entrelazan. ¿Por dónde navegar la música de su poesía? Cada quien elige su manera en esta polifonía, contactando con una lengua materna que puede pensarse universal (Yemayá). Cada quien elige su forma de disfrutar, así como Alain adoptó el español, como parte de su identidad, cargando una presencia primigenia de realidades diversas.
cuscús: Plato tradicional hecho a base de maíz o sémola de trigo molido.
fufú: Alimento básico en África hecho a base de mandioca fermentada, molida y disecada.
orichas: Seres mortales que han sido deificados por sus poderes extraordinarios.
veve: Símbolo religioso que representa fuerzas astrales usado por el loa o sacerdote durante los rituales vudús.
yemayá: Deidad maternal. Representa la naturaleza.