
Exilios. La memoria como generadora de esperanzas y proyectos
Entrevista a Mercedes Fidanza*
por Patricia Cuscuela
Históricamente han existido exilios, obligados, voluntarios, motivados por guerras, hambrunas, causas económicas, políticas, todos conllevan el dolor del desprendimiento, del des-tierro. En Argentina, gran parte de la población tiene antepasados que sufrieron exilio. En Argentina también hay una parte de la población que debió exiliarse por razones políticas en la década de 1970. Muchos de ellos pudieron regresar al país con el advenimiento de la democracia.
Del exilio y el desexilio hablamos con Mercedes Fidanza, quien sumó la experiencia vivida a las herramientas de su profesión y encontró una forma de entender el proceso de adaptarse-readaptarse. Acudió a través de su arte a la búsqueda de otras personas con experiencias similares, nunca iguales, porque el destierro pasa por el cuerpo, lo atraviesa y genera en cada uno algo distinto. En lo que todos o casi todos coinciden es que transitarlo acompañados es mejor.
Mercedes es de Ciudad de Buenos Aires, actualmente vive en Cerro Colorado, Córdoba y espera que esa sea la última de sus migraciones ya que tuvo varias. Su exilio comenzó en agosto de 1976 (tenía un año y medio) cuando a causa de la última dictadura cívico eclesiástica militar sus padres tuvieron que emigrar primero a Brasil y luego a México. En palabras de Mercedes: cuando uno se exilia, muchas veces ni sabe dónde va a ir, hay mucho mito, fantasías al respecto, lo cierto es que es muy duro y no es por elección precisamente (habla desde su recuerdo de niña a la que le quitaron la posibilidad de crecer con sus abuelos, con su familia de origen). Esa es una de las cosas que nos quitaron a los hijos y a otros niños cuyas madres emigraron embarazadas, la posibilidad de nacer en la tierra de sus padres, muchos fueron nombrados como apátridas…durante o después de la situación exiliar. Lamentablemente esto es una cuestión de la humanidad, ante la persecución exiliarse es una forma de salvar la vida, hoy en día sigue ocurriendo en otros países.
No hay un exilio sino muchos exilios
Los supervivientes, así gusta llamar Mercedes a quienes la vida les dio otra oportunidad, deben dar testimonio, dice, en relación a la historia y a la memoria, pensar, reflexionar críticamente, elaborar con otros para no repetir. En base a esto se formó en 2006 la agrupación Hijas e Hijos del Exilio de la que nuestra entrevistada es miembro fundadora. Allí se hace un trabajo colectivo con compañeros y compañeras, algunos de ellos que han hablado muy poco de su historia, muchas veces por miedo, por haberse acostumbrado a cierto silencio. Poder reconstruir oralmente con otros, en una red de contención es muy importante, muy sanador. Dentro del grupo también hay muchos que se han dedicado al arte, en alguna de sus formas, a las humanidades y a la educación; participan en los seminarios del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti sobre políticas de la memoria, dan charlas en escuelas, en universidades, realizan actividades culturales, muestras, exposiciones.
“Uno de nuestros lemas es: el exilio es una violación a los derechos humanos. Últimamente estuvimos con una convocatoria abierta que se llama “Cartografías de una Memoria colectiva”, Cartografías de los Exilios en la niñez y juventud, siempre repensando y encontrando nuevas formas de reparar porque constantemente se están sumando nuevos integrantes al grupo y hay muchas cuestiones atrás del exilio, por ejemplo el tema de la culpa que está siempre presente en el sobreviviente, los chicos lo heredamos de nuestros padres y queremos modificar eso porque creemos que es un derecho la reparación de las diversas cosas vividas. No hay un exilio sino muchos exilios. Otro tema es el del idioma, los nacidos en Suecia, por ejemplo, aprendieron sueco para poder socializar y asistir a la escuela pero en la casa hablaban español entonces cuando vuelven a Argentina se produce la mistura de las lenguas que traen consigo. Una situación problemática se daba para los nacidos en exilio: el lugar de orígen no los reconocía y el país de sus padres tampoco, estaban en un limbo sin documentos (eso se pudo resolver en el gobierno de Néstor Kirschner). Quedan otras muchas cuestiones que intentamos ir solucionando como una forma de reparar el tejido social.”
El exilio y el desexilio ¿no terminan nunca?
En el año 2000, época conflictiva en que mucha gente se estaba yendo del país por problemas económicos, previo a su tesis, un docente le propone trabajar sobre Identidad.Ella tenía la idea de volver a México, la fantasía de estudiar allá, no se arraigaba acá. Dice Mercedes: Es una cuestión con el tiempo, que no existe para estas cosas, es un tiempo interno pero otro tipo de tiempo que no se condice con el biológico, en ese momento me dí cuenta de que en realidad no me quería ir sino estar acá, involucrarme. Entonces hice una acción performática que se llamó Reparación del Exilio en el Parque Tres de Febrero (donde dí mis primeros pasos antes de irnos ya mi vuelta se transformó en un refugio para mí), decidí trabajar con un recuerdo familiar a partir de textiles, recuperé los vestidos con flores bordadas que mi madre había traído de regalo a mis primas (detrás de cada uno había muchas historias por salir del silencio), busqué un árbol de magnolia donde solía ir a reflexionar y allí decidí concretar la acción: me ponía todos los vestidos, uno arriba de otro, como capas sobre el cuerpo y luego con un entramado que realicé con perchas y tanzas transparentes, comenzaba a izarlos en la magnolia, así los vestidos quedaban flotando haciéndose parte de ese árbol, con sus flores y la cultura que representaban. Ahí me dí cuenta de lo que significa eso, estaba uniendo con esa acción las dos culturas. Por esa época leía frecuentemente a Rodolfo Kush (filósofo argentino) que plantea las cuestiones de identidad en América, habla de la dualidad americana y del “Estar”, estar siendo (un concepto que desarrolla) entonces entendí que no debía separar, por qué ser de un lugar o de otro si yo tengo una dualidad: raíz argentina pero el fruto de lo que soy tiene que ver con ese mestizaje de haber transitado mi infancia en México , haber comido y vivido esa cultura, no la puedo borrar porque es parte de mí. Hice una serie de acciones, años 2002-2003, fue tan reparador que me di cuenta que necesitaba compartirlo con otros y los empecé a buscar. Así llegué a una reunión de la Comisión de Ex Exiliados Políticos de la República Argentina (COEPRA) gracias a Graciela Torrecillas ,madre de Flavia Lamborghini, hija de ella y Leónidas Lamborghini que habían estado exiliados con nosotros en México. Y nos fuimos encontrando con otros, sumando.
La memoria como generadora de esperanza y proyectos
Año 2006 – primera acción colectiva del Árbol del Exilio
Año 2007 – Árbol del Desexilio
Cactus migrantes/Guardianes de la memoria
“Las cactáceas son una metáfora de sobreviviente, se adaptan a un clima árido, tienen un reservorio de agua, son femeninos o masculinos, dan flores. Las cactáceas están a lo largo de toda América. Para mí una imagen que condensaba lo que yo quería decir. Me preguntaron por qué mis cactus de cerámica no tenían espinas, (qué bueno que el arte genere preguntas) y eso me hizo repensar, entendí que no tenían espinas porque ya no las necesitaban, las habían perdido en el encuentro con los otros.”
“El proyecto de Cactus Migrantes es un proyecto personal que surgió cuando volví por segunda vez a México en el 2008, invitada como artista a una residencia llamada “Identidades” en Morelia, Michoacan. Hice un Árbol del Desexilio como intervención en un espacio público y también llevé unas piezas de cerámica con formas de cactus, hechas por mí y realicé pequeñas intervenciones tomando fotografías en los lugares donde había vivido. Fue allí que encontré una serie de personas con historias de migraciones y surgió la propuesta de entregar a cada una de ellas un cactus e intercambiar relatos de vida. Intercambio de palabras y la confianza de contar determinadas historias. Las personas se llevaban los cactus transformándose así en guardianes de la pieza. Años después, 2010, me convocan para una muestra en el Centro Cultural de la Cooperación interesándose muchísimo con este proyecto. Ahí me comunico con los poseedores de las piezas para saber dónde estaban, si habían conseguido tener su casa, su hogar, si habían logrado volver a su patria y si aún tenían los cactus. Les pedí que me enviaran una fotografía de dónde estaban ubicados, ¡todos respondieron!, muchos habían logrado volver a sus lugares y la exposición se transformó en una serie de imágenes de diferentes lugares del mundo donde estaban mis cactus a lo que agregué también las historias que me enviaron.”
http://www.mercedesfidanza.com/
El título de esta entrevista resume la enseñanza que me dejó la charla con Mercedes Fidanza. Mercedes habló por ella aunque al escucharla se oye la voz de muchas personas que han transitado los exilios y desexilios. Mantener viva la Memoria, transformar el dolor en esperanza, generar proyectos siempre en solidario acompañamiento es además celebrar la vida.
*Artista Visual. Nace en Bs. As. Argentina, actualmente vive en Cerro Colorado Córdoba. Es Licenciada en Artes Visuales orientación Artes del Fuego (UNA-2014). Profesora Nacional de Escultura (IUNA- Prilidiano Pueyrredón-2001) y Profesora Nacional de Cerámica (INSC-1997).
Es Docente desde el año 2003 en las materias: OTAV Pintura Niveles I, II y III (Como Titular en la Cátedra May/ Fidanza) y de OTAV Escultura Niveles I, II y III (Con el cargo de JTP Concursada en 2010 -Cátedra Aragona) en la Licenciatura de Artes Visuales de la Universidad Nacional del Arte (UNA) e investigadora en el grupo de investigación de la Cátedra Sel, Comunicación y Medios y como Co-directora en el Proyecto “Cerámica expandida” bajo la dirección de Graciela Olio.
Recibió becas de especialización de los maestros escultores Leo Vinci y Enio Iommi, y en cerámica con Ricardo Taca Oliva. Ha realizado workshops con Graciela Olio y Clínica de obra con Tulio de Sagastizábal, entre otros.
Ha participado en numerosos proyectos de intercambio, entre ellos fue seleccionada para I d e n t i d a d e s 04 / Residencia- Intercambio Internacional de Arte en Espacios Públicos. Morelia, Michoacán, México (2008) y para Travesias-Traverseé en Montreal- Canadá- Bs. As. (2010). Fue invitada al Encuentro Internacional de Performance Urbe en el Centro Cultural de la Cooperación en Buenos Aires (2011). Su obra Retorno fue seleccionada por Latinoamérica para el Programa de Arte, El Cambio (2011/2012) del Banco Mundial en Washington, EEUU. “Identidades” Centro Cultural de la Cooperación, 2015. Selección en Cerámica para el 105 º Edición del Salón Nacional de Artes Visuales, 2016. ”Fuego sagrado/10 Ensayos indisciplinados” Museo Emilio Petorutti, La Plata.2018. MAC 2019 Mercado de Arte Contemporáneo, artista invitada por el Museo Genaro Pérez. 2020, Su obra “Hay otra Pandemia” forma parte de “Contingencia” presentada en Beijing/China 2021 ,Festival de Video Arte,curada por Elizabeth Ross.
En su producción artística investiga la intervención del espacio a través de esculturas, instalaciones y acciones rituales, así como la producción interdisciplinaria en el cruce de sus fronteras. www.mercedesfidanza.com
Integró el grupo de artistas cooperativistas de la Oficina Proyectista, Argentina y el proyecto de artistas de Ojos por todos lados – Eyes everywhere.
Miembro fundadora de Hijas e Hijos del Exilio.
Codirige y coordina con la Lic. Paula Arellano ”Fronteras Migrantes”, proyecto transdisciplinario que aborda problemáticas migratorias a través del arte, la salud y la educación.
Es jurado en el Concurso de Artes Visuales, Migración y Derechos Humanos organizado por OIM Argentina y Universidad Nacional de las Artes, cuya convocatoria continúa abierta hasta el 29/11/21.
Es creadora y codirectora junto a Christian Colombo y equipo de colaboradores de la “Residencia de Artes Las Cuevas”(Cerro Colorado),formando parte de la Red Quincho-Red Federal de Residencias Artísticas en Argentina. Miembro honoraria de 5Célula ,Arte y Comunidad,MX.
Proyecto en marcha: Creación de una Eco Biblioteca popular en Cerro Colorado